martes, 11 de agosto de 2015

DESEAR LA MUERTE DE UN TORERO

A veces la sensatez se esfuma: un torero mediático ha tenido un accidente laboral al ser enganchado por las defensas de un animal al que él estaba atacando. Esos accidentes pasan a menudo, como los bovinos en cuestión, además de haber sido fabricados exclusivamente para ser lidiados, han sido previamente drogados, deslomados, arreglados en sus susodichas defensas... no son tan frecuentes como podrían ser pero accidentes pasan inevitablemente y ese riesgo le añade morbo a un evento que es mirado con espanto por cada vez más ciudadanos de este país pero que gusta a una minoría de minorías y evita el paro a unos cientos -no creo que en total lleguen a mil-, de personas en este país. El enfado que tienen algunos con la tortura toricida no puede amparar la mala fe ni de los que buscan prohibir los toros donde resultan ser "españoles" y no prohibirles donde resultan ser "autóctonos" ni de los que aprovechan la ocasión para sacar sus envidias a relucir deseando públicamente la muerte de un guapo tipo, más o menos inútil para otras cosas. Ojalá se recupere y se retire de ese negocio.

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