viernes, 17 de febrero de 2017

ESTE FUERTE NO SE RINDE

Hay veces que el Barón de la Florida recuerda a un Samurái de película japonesa en blanco y negro, no hace falta que se maquille o se vista –me consta que tiene en un armario, bien guardado, todo el attrezzo necesario, de una autenticidad discutible-, pero su figura corpulenta y su rostro impasible, con una mirada penetrante, indican que, en su día Samurái, no está para bromas y que da la impresión errónea de que podría usar la catana para rebanar la cabeza de su interlocutor sin perturbarse en absoluto.
-          Recibimos visita de Valladolid esta semana en Hernani –comenta Galtzagorri entrando a la cocina de la sociedad-, y no sé cómo está la cosa.
-          El coraje está en todos y cada uno de los jugadores –el Barón de la Florida está lavando y preparando unas endivias, un filoso cuchillo en la mano-, no hay miedo, sino respeto y precaución…
-           Pues si la clasificación no engaña estamos en una situación límite –Galtzagorri que está controlando el estofado de pollo y no ha percibido el ritmo pausado y el tono obscuro de las palabras de su amigo-, y para superarla hace falta fuerza, mucha fuerza, y bastante más juego del que ha habido hasta ahora.
-           El entrenamiento ha sido intenso y la preparación colectiva del partido dará las bases adecuadas desde el pitido inicial…
-          Mientras al pitido final, el resultado no se frustre como esta tarta de chocolate –Galtzagorri saca del otro horno una bandeja con una masa informe-, que se nos ha atortillado, parece el terreno de Landare un día de lluvia.
El Barón de la Florida recoge meditabundo el postre de manos de su amigo y se dispone a aprovecharlo como base para un “château” de galletas que rápidamente prepara, mientras proclama:

-          Landare-Toki no se rinde.  

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