viernes, 2 de marzo de 2018

MITOS DEL RUGBY


- El rugby permite hacerse hombres a los niños y permite que los hombres sigan siendo niños, escribió Rives hace tiempo – Aristide Labarthe comenta en el mercado a Imanol Hiruntchiverry -, pero es que los niños pueden ser muy malas personas individualmente y en grupo.
- Hay quien cree en la bondad natural del hombre, que al niño le hace malo el entorno familiar – Hiruntchiverry está seleccionando verduras en un puesto al mismo tiempo que habla-, que lo que se le transmite o se le deja de transmitir es lo que explica su mal comportamiento.
- No sé si hay alguna verdad absoluta en todo eso -Labarthe observa la actividad de su amigo que ha conseguido fijar la atención de la titular del puesto y de dos de sus empleadas-, quizá todos el mundo tenga un poco de razón pero últimamente hay comportamientos en el rugby, tanto en la cancha como fuera, que se pueden calificar de infantiles en plan suave o de delitos, en otro plan.
- El otro día un dirigente de un club, al que le hice un comentario amistoso sobre la situación que están atravesando, me dijo que me comiera los valores del rugby en ensalada, que los valores del rugby siempre han estado para saltárselos.
- Es lo que hay, a los jugadores en activo es muy fácil juzgarlos y condenarlos cuando les ha cogido la televisión o internet con las manos en la masa – Aristide se mete dos dedos en los ojos a modo de tenedor, al decirlo-, que a los directivos que meten las manos en la masa a la mínima oportunidad -esto lo dice haciendo la posición del egipcio con la mano derecha-, o que usan del rugby para maniobras financieras y políticas inexplicables pues lo de los valores del rugby se lo limpiaron con el último barro que se quitaron de los tacos de las botas.
- Se me caen los calzones al suelo ¡En el rugby, no hagas lo que hago sino haz lo que digo! -dice Hiruntchiverry metiendo los últimos calabacines que ha escogido en la bolsa-.

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