lunes, 30 de abril de 2018

DETRÁS DE LA BARRA

- Ayer me dijo mi camarero de guardia que la repetición del Bélgica – España estaba ya decidida por la World Rugby -Comenta Hiruntchiverry al arrancar la marcha por el GR hacia el collado-. Pero he mirado en Internet y no he encontrado nada.
- Si te lo ha dicho alguien que está detrás de una barra es una fuente fiable -Labarthe señala con el bastón la primera señal roja y blanca-, detrás de la barra, lo sé por propia experiencia en la fiesta de las ikastolas, se oye todo.
- ¿Con todo el ruido, la música y demás? -Galtzagorri inquiere mosqueado-. No es posible si a veces ni oyen las comandas.
- Hay una especie de oído selectivo -Labarthe sonríe mientras avanza a buen paso-, se oye todo lo que se quiere oír, unos se confiesan con otros, tú te haces el sordo y hablan con más confianza, además se dicen nombres que los que los pronuncian no saben que tú conoces…
- A mí el patrón del bar del barrio me dejó caer que mi socio le echaba los tejos a mi mujer -apostilla el Marqués de Altamira, silencioso desde el principio-, mientras me ponía un cortado. Resulta que salía de la oficina por la mañana y el cabronazo se iba al mismo bar donde mi santa y legítima tomaba un cafelito con sus amigas después de hacer las compras y antes de ir a hacer la comida y aprovechaba para intentar sacar tajada.
- ¿Qué hiciste tú?
- Dialogué con él pero sin dejarle marcas -Concluye el Marqués y se para para orinar a un pino sediento-, porque yo tengo plena confianza en mi mujer y mi socio es un buen comercial, así que ahora no sale de la oficina sin permiso mío expreso.
- Los cinco años de carrera, en que estuve trabajando en hostelería a la vez, me dieron una base de datos que me ha sido muy útil después -dice el Barón de la Florida, que va en cabeza, eligiendo el camino equivocado y que todos siguen sin dudar-, los chismes de bar hay que analizarlos con mucho cuidado pero a veces explican lo inexplicable.
- Hace tiempo que no veo las marcas del GR ¿Seguro que vamos bien? -Galtzagorri ha sido el primero en llegar al borde del barranco y se para- ¿Llamamos a un taxi? Los taxistas sí que saben lo que pasa y además, como a los precios del taxi en Donostia solo los cogen los ricos, lo que te cuentan es verdaderamente importante.
- Me parece que estamos más perdidos que los de la World Rugby.

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